#37
Lucía C. Pino
25.07.2017 descargar

Conocí a Lucía C. Pino hace años, cuando me contactó para escribir un texto que entonces no pude escribir. La invitación se acompañaba por imágenes de su trabajo escultórico de entonces, piezas de pequeño formato elaboradas con materialies frágiles y de residuo, apelando a una subversión de la escala de valores dentro del las múltiples jerarquías con las que entendemos la realidad, incluída la material. Recuerdo aquella invitación de Lucía como un momento de crisis: la manera de trabajar de Lucía me demostraba que había un tipo de prácticas artísticas que no situaban el discurso o el lenguaje en el centro de la producción estética. Prácticas en las que la materia adquiere importancia y se hace sentir, como dice Karen Barad, una autora presente en el pensamiento de Lucía y, por extensión, en su trabajo, así como en nuestras conversaciones recientes gracias al proceso de trabajo para Torrent Echidna Attractor. Una escultura de gran formato que aparece en el espacio, activando un campo semántico a través de la materia con sus diferentes elementos puestos en relación. Una estructura de significantes en la que cada material obtiene su significado en contacto con los otros, a través de una forma que existe como zona de contacto y no desde un intento de orden y dominación sobre la materia.

En varias ocasiones Lucía ha comentado que no entiende la escultura como algo puramente objetual o desde una fisicidad tangible. Que es algo mucho más complejo. Un proceso capaz de incluir la teoría sin tener que referirse a ella de manera literal o verbal. Que la escultura y la arquitectura son direcciones y no tanto soluciones. En Fata Morgana, la publicación de uno de sus proyectos, ella menciona a Gilles Clément y su noción de “desfase”, que intercambia por desajuste, para referirse a la sensación de llegar a comprender algo sin haberlo entendido del todo. Esto, que sucede con muchos elementos del entorno material que no se ajustan a la clásica delimitación de la materia, es una situación que también puede darse en la lectura de un texto. Más aún si son textos que se refieren a la materia, los objetos o las cosas. Si tienen un lenguaje, este no se parece al nuestro, haciendo evidente la fragilidad de nuestra comprensión habitua del mundo. Una cuestión a la que también se refería Lucía en el origen de Torrent Echidna Attractor, compartiendo algunas de las preguntas que se hace Jane Benett en Vibrant Matter: “¿Cómo puede la teoría política hacer un mejor trabajo de reconocimiento de la participación activa de las fuerzas no humanas en cada evento y en cada estabilización?, ¿existe alguna forma de teoría que pueda reconocer un cierto “poder de las cosas”, es decir, la irreductibilidad de los objetos a los significados humanos o agendas que también encarnan?” Se me ocurre que quizás no es el lenguaje (solamente) el que puede dar respuesta a estas preguntas. Que el reconocimiento de la capacidad de acción de las cosas y de la materia, así como su resistencia al discurso, están en la escultura.