Patch. Kiss and Sew es el título que dio nombre a la conversación con Beatriz Ortega Botas dentro del Festival Gelatina de La Casa Encendida. Como título, no sólo anunciaba un intento futuro de hacer sentido a través de la oralidad de lo que había sido un intercambio mediante la escritura, sino que también recogía este proceso de intercambio de ideas, experiencias y posibilidades durante semanas. Fue allí cuando (re)aparecieron algunos de los referentes que (re)aparecen de nuevo en esta conversación con Beatriz Ortega Botas, como la fricción de lo inestable e incómodo según Anna Tsing, las violencias posibilitadoras de Linda Stupart, la alienación desde una perspectiva xenofeminista o la zurcidora de Clarice Lispector.
Nuestra conversación empezó por una experiencia común: la de la Historia del Arte, a través de la posibilidad de actualizar continuamente algunas de sus teorías desde un pensamiento situado que no sólo recoge la experiencia presente sino la transformación o crítica de formas de pensamiento heredado. Durante el tiempo que estuvimos hablando muchos de los referentes a los que aludía Bea aparecieron también desde su dimensión objetual. Como libros que forman parte de una conversación no sólo desde las ideas que contienen y producen en otros cuerpos, sino desde su presencia material. Una conversación que terminó (para seguir en otra parte) con Yaby, el espacio que Bea y Alberto Vallejo tienen en Madrid y que, como cuenta ella refiriéndose a la investigación comisarial, es un ejemplo de cómo lo conceptual se hace vulnerable por lo no conceptual. O de cómo un proyecto artístico puede dar lugar a otros formatos, extendiéndose en _AH Journal, una publicación digital que ambos editan y traducen.
Este encuentro tuvo lugar el 27 de Enero en Madrid, acompañado de muchas notas escritas en folios, un guión de preguntas del que nos desviamos una y otra vez, mandarinas, fresas y una tableta de chocolate que no llegamos a abrir.
