La relación entre comisario y artista, como la mayor parte de vínculos, se basa en una dependencia mutua que trasciende la bidireccionalidad habitual en los procesos de comunicación para ampliar su radio de acción desde los diferentes dispositivos de visibilidad que construyen el arte. El trabajo de David Armengol no puede entenderse sin una relación de proximidad con el artista donde la dependencia no se entiende como un proceso de supeditación del uno al otro sino como un territorio compartido que precede al hecho expositivo. Con una larga trayectoria dentro del ámbito barcelonés y catalán, la práctica comisarial de David Armengol se ha situado en diferentes ámbitos de actuación.Dentro de la lógica habitual que considera la experimentación como una continuación rupturista con aquellos formatos más clásicos -como la exposición de sala-, la trayectoria de David Armengol demuestra lo contrario: que se puede empezar a trabajar en arte (casi) sin artistas para acabar explorando los dispositivos de visibilidad del arte que, por tradicionales, no dejan de ser eficaces, operativos y vigentes.
Con motivo de Perplexitat, su último ciclo comisarial en el Espai 13 de la Fundació Mirò, Esnorquel habla con David Armengol sobre los proyectos artísticos que dan forma a un programa expositivo centrado en el protagonismo de los márgenes y en la sensación de desconcierto por parte del artista, sobre las prácticas artísticas sonoras que tanto peso tuvieron años atrás, sobre la útil disfuncionalidad del artista y sobre la labor del comisario dentro de un espacio con reglas alterables como el del arte contemporáneo.