En ese gusto por las taxonomías conceptuales del mundo del arte, podría describirse la práctica artística de Gabriel Pericàs como “conferencia performativa”. Sin embargo, a pesar de la utilidad pragmática de las etiquetas, el primero en estar en desacuerdo con lo reductivo del precinto es el propio artista. Es entonces cuando definir el trabajo de Gabriel Pericás se convierte -o podría hacerlo- en un ejercicio análogo al que el mismo artista ejectua en cada una de sus apariciones en público. Sobre todo si es él quien acomete el acto interpretativo. Porque, como él mismo comenta, la explicación de la obra se pone al mismo nivel que la obra en sí. Dentro de esta práctica retórica donde lo que se dice y el cómo se dice actúan como un componente estructural más dentro de una arquitectura narrativa que se sale del texto para volver a él en forma de publicación, las performances de Pericás, a la manera logorreica del storyteller, suponen una aleación entre el estilo convincente del conferenciante, el efecto dominó de unas derivas narrativas basadas en la superposición de diferentes anécdotas y acontecimientos históricos, el espejismo de la verosimilitud y la aparición de unos proyectos dentro de otros gracias al desbordamiento de una vinculación aparentemente casual entre la mayor parte de su producción.
En ese gusto de muchos artistas por la promiscuidad en cuanto a formatos, contenidos y roles, Biel Books es el proyecto con el que Gabriel Pericás se pasa estratégicamente al mundo editorial para ocupar la posición de un editor que, a través de los diferentes libros que vayan aumentando el catálogo de esta pequeña editorial marcada por los gustos y preferencias de su impulsor, no se propone tanto abandonar su rol de artista como expandirlo. Esnorquel habla con Gabriel Pericàs sobre su práctica artística, sobre el mundo editorial y sobre la función del artista en una conversación caracterizada por las desviaciones habituales y esclarecedoras del artista.